El techo de satén es una especie de compromiso entre la superficie brillante y el techo tensado mate. La tela satinada es lisa, sin rugosidades, y no posee una alta capacidad reflectante. Los muebles no se reflejan en este techo como en un espejo, pero al mismo tiempo la superficie emite un brillo suave. Con cambios en la iluminación, la tela satinada, al igual que la tela de satén, cambia su tonalidad.
El material principal para fabricar la película satinada, al igual que para las telas brillantes y mates, es el polímero sintético cloruro de polivinilo, que contiene plastificantes, colorantes y estabilizadores térmicos. Gracias a estos aditivos, la película adquiere elasticidad, resistencia y durabilidad. Todos los techos tensados y sus materiales base pasan por una limpieza previa, lo que convierte a la tela satinada en un material de construcción de amplio uso. Para mayor seguridad contra incendios, la película se impregna con un compuesto ignífugo.
La tela satinada tiene un grosor que varía de 0,16 a 0,3 mm, con un peso promedio de 250 g por metro cuadrado.
La tela satinada crea una superficie perfectamente lisa con un brillo suave y profundo, similar al de una tela natural. Su revestimiento especial protege el techo de la suciedad, y sus altas propiedades hidrofóbicas impiden la formación de condensación en la superficie ante cambios de temperatura, lo que permite instalar techos satinados incluso en duchas, baños y piscinas. Su textura elegante y su amplia gama de colores permiten seleccionar la tela ideal para cualquier espacio: un lujoso vestidor, una cocina acogedora, un salón exclusivo o un dormitorio romántico.
La tela satinada combina bien con superficies mates, y se puede utilizar para crear estructuras de varios niveles junto con techos tensados brillantes. Además, es una base ideal para impresión fotográfica, lo que amplía significativamente su aplicación en el diseño de interiores.
Los techos de satén son especialmente apreciados por quienes desean destacar las cualidades estéticas de su techo. En su superficie perfectamente lisa y brillante, casi no aparecen reflejos de luz, y durante el día la película produce un efecto nacarado.
Ventajas de los techos de satén: no se deforman al tensarse, son fáciles de limpiar con productos universales, soportan cargas de hasta 100 kg por metro cuadrado, no se autoinflaman y, en caso de combustión, apenas generan humo ni emiten sustancias dañinas. Su vida útil garantizada es de 10-12 años, aunque los fabricantes aseguran que pueden durar hasta 25 años.
Las desventajas incluyen la imposibilidad de usarlos a temperaturas bajo cero extremas.
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